domingo, 4 de noviembre de 2018

Poema Oyendo a Cecilia Chaminade de Humberto Fierro

Oyendo a Cecilia Chaminade
(Humberto Fierro)


¡Cuánto embarga nuestras vidas
la «kittara» de un Omeya!...
Suenan fuentes escondidas
canta pálida Sobeya...
Hay arábigos primores
de diamantes y zequíes...
Carnavales y dolores
la Kermesse en que sonríes...
Ya verás unir las manos
a una cándida oración
o hallarás bailes silvanos
al poder de la ilusión.
¡Y tu pecho se deshaz
al sentir que es el amor
la palmera de la paz
en la arena del dolor!...
También con ella gustamos
las armonías de Bach,
y en provincias añoramos
como Georges Rodenbach...
Vuelven almas consoladas
o suspiran por ahí
las damas desencantadas
de la obra de Lotí...
Cisnes interrogativos...
ojos negros como ausencias...
Largos ibis pensativos
en castalias transparencias...
o en Colonia, París, Lido...
Brujas, muerta de ilusión...
¿De qué File habrá traído
perfumado el corazón?...
¡Hoy la música florida
de Cecilia Chaminade,
me curaba de una herida
en un huerto de Bagdad!...