domingo, 10 de enero de 2016

Biografía de Medardo Ángel Silva

Biografía de Medardo Ángel Silva


Medardo Ángel Silva Rodas nació en Guayaquil el 8 de junio de 1898, hijo del Sr. Enrique Silva Valdez y de la Sra. Mariana Rodas Moreira, y murió de forma trágica el 10 de junio de 1919 en la misma ciudad, (dos días después de haber cumplido 21 años).

Su vida ha estado encadenada al mito de su muerte.

La muerte de Medardo Ángel Silva sigue siendo un misterio sin esclarecer: ya que a los 21 años el joven poeta murió de un tiro en su cabeza. Posteriores análisis ponen en duda el suicidio, ya que la bala entró por detrás de la oreja.

No se ha podido concretar si lo impulsó al suicidio un desengaño amoroso o si murió a manos de un rival por celos.

Pertenece a la denominada "Generación decapitada" junto a Ernesto Noboa y Caamaño, Arturo Borja y Humberto Fierro.

Estuvo, como sus compañeros de generación (Arturo Borja, Humberto Fierro, Ernesto Noboa y Caamaño) bajo la influencia directa de los simbolistas franceses, especialmente de Verlaine y Baudelaire.

No se sabe a ciencia cierto si es que realmente Silva fue amigo cercano del resto de integrantes de la llamada Generación decapitada: los poetas quiteños, Arturo Borja y Humberto Fierro y el guayaquileño Ernesto Noboa y Caamaño; aunque se sabe que al menos compartía una relación de correspondencia con algunos de ellos. Cabe recalcar que Silva era el único del grupo de baja posición económica, perteneciendo los otros a las élites capitalinas.

Silva era el menor, y acaso el más importante poeta de la generación del novecientos que introdujo el modernismo en la literatura ecuatoriana.

Fue Escritor, poeta, músico y compositor, considerándose el mayor representante del modernismo en la poesía ecuatoriana.

Estudió en la escuela de la Filantrópica.

Creció viendo los cortejos fúnebres del Cementerio General de Guayaquil (cercano a su casa).

Varios historiadores afirman que el paso de los carruajes fúnebres por aquel lugar impactó de tal manera al poeta en aquella etapa de su vida, que la muerte se convertiría, debido a esto, en uno de sus más recurrentes elementos poéticos.

Era de carácter rebelde y taciturno.

Cerca de 1910 ingresó al colegio Vicente Rocafuerte, pero al cuarto año tuvo que abandonar sus estudios por falta de recursos.

Silva no se graduó de bachiller, pero su condición de autodidacta lo llevó ser maestro escolar e incluso a leer en francés, así se le facilitó el contacto con la poesía de los simbolistas franceses (Paul Verlaine, Arthur Rimbaud, Charles Baudelaire), quienes llegaron a ser sus más grandes referentes. Sus influencias, además, fueron el modernismo de Rubén Darío y el misticismo de Amado Nervo.

Quizá su condición de mulato influyó en el pesimismo que llenó su vida, en una sociedad todavía lejana del sentimiento humano de la comprensión y la convivencia.

Trabajó en imprentas pequeñas y luego colaboró en varios semanarios y revistas. Posteriormente, llegó a trabajar en el diario El Telégrafo, en la página de literatura, donde pudo publicar varios poemas y relatos cortos.

En 1913 trató de iniciarse públicamente en la carrera literaria, pero no tuvo éxito, pues todos sus intentos fracasaron. Dos años más tarde, a pesar de las dificultades su nombre ya era considerado en los círculos poéticos y literarios de Guayaquil.

La obra de Silva se contiene en dos volúmenes: El Árbol del Bien y del Mal, que él mismo editara en 1917, y Poesías escogidas, una selección que Gonzalo Zaldumbide publicó en 1926, en París.

A principios de 1918 reunió sus mejores poemas, y haciendo un esfuerzo económico que estaba casi fuera de su alcance los editó en forma de libro bajo el título de "El Arbol del Bien y del Mal". Escribió bajo los seudónimos de "Jean D'Agreve" y "Oscar René”.

Se trata de una poesía musical, heredera del último Darío, dotada de una obsesión por lo foráneo en el sentido de verse a sí misma como universal y cosmopolita, lo que da como resultado unos versos llenos de exotismo.

Medardo Ángel Silva, de origen humilde, padeció el "mal del tedio", y toda su obra, de gran pureza formal, es un canto de amor a la muerte. Poeta del dolor, del "spleen", del amor imposible, del hastío de vivir, ha dejado algunas de las más bellas páginas de la literatura ecuatoriana.

Sus poesías están llenas también de imágenes melancólicas y de constantes llamados a la Muerte. Aparecen así mismo varios reproches a la Vida, la cual Silva sentía que lo miraba "como una reina ofendida". Otro carácter recurrente en su poesía es el tedio inacabable y un sufrimiento que se manifiesta sin motivo alguno.


Era un adolescente cuando escribió "Libro de Amor", "Las Voces Inefables", "Estancias", "Estampas Románticas". Es también autor de prosas poéticas y de una pequeña novela titulada María Jesús.

Un gran dominio estrófico y un muy hábil uso de la metáfora caracterizan sus composiciones de El árbol del bien y del mal, donde con tonos desesperados y melancólicos transmite vivencias ligadas a la expiación amorosa.

Mucho se ha discutido también acerca del carácter modernista de Silva. Su obra está llena de evocaciones a signos modernistas que llegaron tardíamente a Ecuador, pero a pesar de ello se conjuga con rezagos del romanticismo, lo cual no es una dicotomía sino una visión muy particular del arte de Silva, Fierro, Noboa y Borja.



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