La Tristeza del Angelus
(Humberto Fierro)
En la puerta de piedra que el musgo lento cubre
he descansado viendo que se deshoja el día,
en las puertas de piedra de donde a fin de Octubre
veíamos Ponientes de equívoca alegría.
He aguardado el Angelus que su sonrisa abría
para Nuestra Señora la eterna Poesía.
Y he sentido el perfume silvestre, como antes
en el paisaje humilde que Mollet firmaría,
y mi corazón y mi alma delirantes
se dan sin condiciones a la melancolía
A la melancolía, que invita a esta hora
a oír largamente el agua y el ruiseñor que llora.
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